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martes, 11 de octubre de 2011

SENSACIONES

La verdad es que no soy muy mayor y según van avanzando los años, las nuevas experiencias se agradecen y se celebran.

Han sido muchos los sentimientos que han aflorado en mí a raíz del nacimiento de mis hijas, pero no es descriptible lo que un padre puede sentir al ver a sus tres hijos juntos. Tres hijos queridos, deseados y amados que han venido a una buena familia, con una madre excepcional.

Son tres estrellas del universo que han querido eclosionar en el centro de mi corazón. Son tres estrellas que el Divino Señor ha querido que vengan a su hogar. Son tres estrellas que alumbran el día a día de mis sonrisas, de mi trabajo y de mi vida en su totalidad.

Son tres estrellas a las que un ángel, mi mujer, marca el camino de la bondad, de la ternura, del cariño y de la vida, porque gracias a ella todo ha sido posible.

Gracias Dios mío por los cuatro regalos que me has hecho: mis tres hijos y mi mujer.