Un gran Amigo con mi mayor Tesoro |
MATEO 10:26 “Así que, no los temáis; porque nada hay encubierto, que no haya de ser manifestado; ni oculto, que no haya de saberse”.
Cada vez que pienso todo lo bueno que mi familia ha vivido y recibido del Padre Alexis, me cuesta mucho más llegar a comprender como la vida puede dar tantos palos, casi siempre, a aquellos que no se lo merecen.
En el ámbito familiar, él nos ha servido de apoyo espiritual y ha hecho engrandecer cada vez más nuestra fe, transmitiendo en cada una de sus palabras serenidad, tranquilidad y verdad. Ha sido una persona que ha apoyado a muchos de mi familia que, por diferentes motivos, han pasado por muy malos momentos, empezando por mí mismo, cuando me vi con la responsabilidad de bautizar a mi hijo porque no sabía si con el tiempo, lograría sobrevivir a una muerte súbita. Ha atendido y acudido a todas y cada una de mis llamadas cada vez que lo he necesitado y ha estado atento a cada uno de los pasos que su “Ángel” daba después de salvarse de las garras de la muerte, eso sí, siempre sin pedir nada a cambio y con una sonrisa de propina. (Juan 6:27 “Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre”.)
Los ratos buenos que hemos pasado con él también han sido muchos, aprovechando cada momento para hablar de nuestra Madre y Señora del Rocío y Evangelizar a todos, hasta en los momentos más divertidos. (Mateo 28:19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo)
Dicen que las comparaciones son odiosas pero no puedo más que realizarlas. En toda mi vida Cristiana, he tratado a muchos sacerdotes que siempre se han regido por un estilo “duro” e “inflexible”, donde su palabra era la ley y no había resquicios de dudas ante nada ni nadie. Cuando conoces al Padre Alexis, un brote de agua fresca te sacude fuertemente y llegas a pensar que esa es la Iglesia que deseas y que se adapta a nuestra actual sociedad. No se puede estar entre cuatro paredes predicando con un mal ejemplo sino que tú tienes que ser el ejemplo: ese ha sido Alexis. Ha compartido con muchos buenos y malos momentos, ha sido fiel a su forma de ser y fiel a sus amigos (aunque muchos de ellos hoy no estén) y ha sido un Jerezano de pro, acudiendo a todos los actos donde se le ha llamado: bodas, bautizos, comuniones, cultos de hermandades, misas de difuntos, conferencias, charlas, ….. e incluso, se hablaba en el mundo cofrade de Jerez que podía ser un buen pregonero de la Semana Mayor.
Pero todo eso ha desaparecido de un plumazo, sobre la marcha, sin avisar. Es una pena que, como en la vida corriente, cada vez que una persona buena sobresale, desaparece sin más.
Son tantos y tantos momentos, que me faltarían folios para escribir pero, para mí, el más importante es que es una persona buena, que transmite tranquilidad, que te sabe escuchar, que te sabe hablar, que te sabe ayudar y que es un buen amigo.
Toda mi familia queda aquí, en Jerez, en tu casa, donde te esperamos con los brazos abiertos ahora, antes y siempre. Que no baje tu fuerza y tu energía y, si te falta, por favor, no decaigas que aquí tienes a muchos que te daremos una parte de la nuestra para que vuelvas con nosotros lo antes posible.
Muchos le echamos de menos. Con su sola expresión ya entregaba mucho de sí. El hombre, hasta el más santo, en su creída sabiduría sigue cometiendo errores, lo que les acerca a ella, es saber que se han equivocado. Espero que aquellos que decidieron u obligaron la marcha de Alexis, encuentren esa sabiduría para como le hicieron que se fuera, hagan para que vuelva, pues si es mucho lo que hizo por muchos, más aún le queda por hacer y ha muchos más agradecerle lo que hizo por nosotros.
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