Hoy es de esos días en que las malas noticias se convierten en flechas que te destrozan el corazón.
Hoy es de esos días en los que nunca hubieses querido coger y enterarte de que una buena persona está camino del Padre.
Hoy ha fallecido D. José Romero, PEPIN para todos nosotros, PEPIN para toda una generación que aprendió con Él lo que era querer y trabajar por una Hermandad, por mi Hermandad de la Candelaria.
Ejemplo vivo del buen cofrade, buen padre, buen esposo y patriarca de una gran familia que ha demostrado que la unión hace que se pueda con todo.
Pepín fue el legendario conductor de ilusiones de muchos que veíamos como transportaba durante años a aquellos Reyes Magos que se saltaban las horas de la madrugada para visitar tantas y tantas casas necesitadas y cargaba su furgón con regalos, comida y gente, siempre mucha gente que lo rodeaba.
Hace unos días lo ví, con su muleta, iba a los cultos de sus Hermandad con su energía mermada por la escoria que nos amenaza a todos en este siglo pero siempre con su buena sonrisa, su buena educación, sus buenas palabras y consejos y su mirada que decía más que las palabras que salían de su boca.
Dice el refrán que detrás de un gran hombre hay una gran mujer pero en este caso, detrás de Pepín ha estado siempre una grandísima mujer como es Mercedes, que se ha convertido, como tantas en nuestra Hermandad, en una segunda madre que nos ha cuidado a todos, fueramos de su familia o no. A ella le daba igual.
Hoy Nuestra Señora de la Candelaria tiene una nueva lágrima en su cara y a la vez, una leve sonrisa porque su hijo Pepín ya yace sobre su manto redentor y estoy seguro que Nuestro Padre Jesús de las Misericordias está un poco más aliviado porque un nuevo Cirineo lo ayuda con el peso de su Cruz.
Los Candelarios estamos hoy consternados porque el eterno PEPIN ya no está con nosotros.
Gracias PEPIN por tantos momentos, por tantas vivencias, por tantas historias que nos han acompañado siempre.
Has quedado grabado en el libro de oro de la memoria de muchos que nunca te olvidaremos.
Un nuevo Angel Candelario revolotea por Santa Ana.
Hasta siempre PEPIN.
D.E.P.
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