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viernes, 13 de abril de 2012

SE PUEDE TOCAR EL CIELO

El pasado Lunes Santo pude tocar el cielo con mi Hermandad.

Después de lo mal que lo he pasado dejando las trabajaderas del Rey de la Plata, el equipo de Capataces del paso de Misterio comandado por Domingo me invitó a unirme al grupo y poder estar junto a mi pasión y devoción y, al mismo tiempo, montar el repertorio y animar y ser los ojos de las extraordinarias personas que cada año se convierten en Cirineos de Misericordia y derrochan casta y valentía a la hora de sacar el paso del Moreno.

Y digo bien extraordinarias, porque nadie y absolutamente nadie se puede ni imaginar lo que pesa ese paso. Quizás Guzmán Bejarano pensara que lo iba a terminar y así quedó, con toda la madera posible que uno se pueda imaginar.

Pero no me quiero desviar el tema: Lunes Santo; 17:30 horas; se abren las puertas del Salón de Pasos y la Magnífica y Extraordinaria A.M. La Sentencia empieza a tocar y el paso poco a poco va avanzando hasta el dintel.

En ese momento miré hacia un lado y otro y me faltaba alguien: Mi amigo y hermano José Manuel que de seguro andaba por alli animando a sus costaleros como sólo él sabe hacerlo. Nervios, tensión, .... y al mismo tiempo amargor del momento que poco a poco se fué diluyendo, que no olvidando durante todo el camino.

Para mí, el momento en el que pude tocar el cielo fué cuando Domingo me invitó a coger el martillo, llamador de costalería que arrima los hombros de todos aquellos que sueñan, sufren y a la vez disfrutan cargando con Nuestro Padre Jesús de las Misericordias.
nunca podré olvidar este momento
Sin saber ni como, llamé y se elevó ante mí ese trono donde lo único que se venía a mis ojos era su cara morena.....¡¡¡VÁMONOS DE FRENTE!!! .... y mi sueño se hizo realidad, por supuesto bautizado de cera roja desde la chaqueta, la camisa, la corbata, el pantalón, la medalla..... en fín me tenía que bautizar.

Después, como todos saben , algo que nadie puede controlar llegó a nuestra Hermandad: la lluvia y más nervios y más tensión y así, hasta la recogida.

No puedo más que dar las gracias a todos, desde Domingo, Javier, Antonio Pedro y a todos los costaleros sin excepción. He comprobado desde el otro lado el importante trabajo que desarrollan todos. No me puedo olvidar de Javi Alcón, Pepo, Ezequiel, Juambe, Gordillo, "Martín de Espera", Victor, mi cuñao Sebas, Paco Felix, Adrián, Jesús, ....... y todos y cada uno de ellos, ya que han demostrado que en los momentos difíciles se hacen grandes y lo hacen por que quieren lo que llevan arriba que nos es más que nuestro Padre y Señor de las Misericordias.

Por mi parte, pedir perdón por los fallos que haya podido cometer (que seguro serán muchos) pero que desde luego, si el año que viene vuelvo a estar ahí, intentaré remediar y evitar.

Como dice una frase popular: Me puedo morir tranquilo

Foto: Gonzalo Fernández Estudillo

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