Verdaderamente, han desaparecido. Fuimos muchos los que votamos y fuimos muchos los que nos desilusionamos. Fuimos muchos los que deseábamos un cambio, ya que era necesario, pero un cambio para bien y no para peor. Fuimos muchos los que estábamos un poco hartos de las mismas caras, de momentos tensos y prepotencias enfundadas en buenas sonrisas y buenas palmaditas en la espalda. Fuimos muchos lo que deseábamos poder movernos por nuestra hermandad sin problemas. Fuimos muchos los que nos equivocamos.
Dice el refrán que rectificar es de sabios y muchas veces pienso que alguien debería de darnos una disculpa.
De todos modos, sabíamos que nos arriesgábamos, pero no había otra. Queríamos el cambio y necesitábamos el cambio, pero el cambio no ha llegado.
No ha llegado eso que todos los hermanos queremos y necesitamos: La tranquilidad, el trabajo bien hecho, la transparencia, el bienestar, los proyectos, las convivencias, ….. en fin, todo.
Pero también es verdad que no ha llegado porque los que queríamos el cambio, lo queríamos sin mojarnos, sin hacer nada, sin poner nada, ni acercarnos al problema. Queríamos que NOS HICIERAN EL CAMBIO, sin mojarnos.
Y si a todos esos que queríamos el cambio les sumamos a todos aquellos que no quedaron conformes con el cambio, pués apaga y vámonos.
Creo que todos somos en parte, un poco culpables de la situación. Cuando oigo a hermanos que no están de acuerdo con la situación actual, en parte, estoy de acuerdo con ellos pero como siempre he dicho, tenemos que arrimar el hombro todos y no solo aquellos que firmaron para un tiempo de gestión. La hermandad es de todos, y no de unos cuantos. Hay que enseñar y decir de vez en cuando que cuando a alguien le toca gestionarla, le toca por que ha querido, pero que la hermandad es tan mía como suya y no se puede convertir todo en un cortijo de corte exigente donde las reglas las pone el de turno. LA HERMANDAD ES DE TODOS Y TODOS TENEMOS DERECHO A DISFRUTARLA.
Como dicen por ahí… ¡¡¡EL BARCO SE HUNDE!!!. Pues vamos a remar todos, sin distinción, hacia un mismo camino y vamos a poner este barco otra vez en el camino del que nunca debió salirse, ESTÉ QUIEN ESTÉ.