Estés donde estés seguro que escucharás y leerás esta carta que te escribo.
Te quería contar muchas cosas que han pasado en estos tres últimos meses, tres meses de amargura para muchos de nosotros que nos hemos quedado en la estación de la esperanza esperando tu pronto regreso.
¿Te acuerdas de cuantos buenos ratos echamos? ¿Te acuerdas de tantos y buenos consejos que me dabas?. Todo eso a quedado grabado a fuego, ha quedado en mi corazón, ha quedado en el recuerdo de un buena persona que supo vivir y transmitir vida.
Has conseguido que tu persona unión, aún más si cabe, del grupo que tanto te gustaba dirigir y entre los cuales te sentías uno más. Has conseguido que tu fuerza se transmita incluso a aquellos que nunca te conocieron pero que ya hablan de tí como si de su familia fueras.
En fín, hay tantas y tantas cosas que te quiero contar pero yo sé que tu lo sabes, que estás enterado de todo, que tienes a algún "infiltrado" entre todos nosotros que te cuenta las aventuras y desventuras de ese grupo humano que no sabía que te apreciaba tanto hasta que te fuiste a este largo viaje que estás realizando.
Muchas gracias por ser como eres y por impregnar nuestras vidas de tí.
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