Son muchas las veces las que pienso que pasaría si me presentara a Hermano Mayor de mi Hermandad. ¿Podría con las obligaciones del Cargo?. Yo creo que sí.
Hace tiempo, un hermano que desgraciadamente ya no está entre nosotros me comentó que para ser Hermano Mayor se necesitaban varios requisitos:
- El primero de ellos tener más de 45 años porque supuestamente, tu vida ya está encarrilada, tu hijos ya están mayorcitos y tu tiempo es más amplio para poder dedicarte a las actividades propias de la Hermandad. Tu visión de la Hermandad cambia con los años.
- El segundo, vinculado con la edad, es tener experiencia de vida y hermandad. La juventud te dá un ímpetu que puede provocar que te equivoques en decisiones pensadas en caliente y eso puede afectar a mucha gente sin desearlo.
- La tercera y no menos importante, tener claro que vas a dedicar 24 horas al día, 365 días al año en pensar, buscar, preparar, sanear, innovar, ..... en tu Hermandad.
Pienso que un verdadero programa para ser Hermano Mayor sería, en primer lugar y el más difícil, HACER HERMANDAD, ya que en la actualidad, todo se ha convertido prácticamente en política y los hermanos no piensan que deben de estar todos unidos, en lo bueno y en lo malo.
Desgraciadamente, en el mundo de las hermandades todo se mueve por gustos, y por tanto, es muy difícil hacer felices a todos. Siempre habrá detractores que intenten dejarte en evidencia y que no estén a favor de tus decisiones, pero siempre hay que ser consecuente e intentar atender a todos aquellos hermanos que no estén contigo, intentando, dentro de un consenso, que aunque no estén de acuerdo, vean que no existe otra posibilidad o decisión.
En fin, pensando y soñando escribiendo estas líneas, despierto y llego a la determinación que mi día no ha llegado aún. Que todavía me queda recorrido para poder llegar algún día a ser Hermano Mayor de mi Hermandad. Que mi trabajo en la Hermandad debe ser el de apoyo a los que se fueron, a los que están y a los que vendrán, sin mirar colores, personas o decisiones. Que se puede ayudar en todo lo que se pueda, realizando un valioso trabajo que hoy en día, no todos los hermanos de la hermandad realizan y ese problema es uno de los más agudos. Y por supuesto, estoy convencido que mi esfuerzo y trabajo actual debe ser y será cuidar de mi familia, de mi mujer, de mi hijo y conseguir esas metas que todos nos proponemos.
Una vez conseguido mi objetivo, quizás cumpla con los requisitos que aquel hermano me transmitió y me plantee el coger las riendas de mi Hermandad, esa Hermandad que un día fue referente en todo Jerez y que hoy en día necesita una cura de humildad, sentido común y trabajo.